Existe una presión tremenda, de vida o muerte, de millones de personas por escapar de la miseria y del horror de las guerras. Todos estos millones que llaman a la puerta de occidente son muy pocos comparado con los que quieren venir. Estos solo son lo que tienen buena salud, han conseguido la capacidad económica suficiente para pagar el viaje y a las mafias que los explotan, y se han decidido a dar el paso.

Si la afluencia sigue creciendo, sin buscar alguna solución, se puede poner en peligro la propia organización social europea, con cambios importantes, como el auge de los partidos xenófobos como ya está sucediendo

Por otro lado, aun puede empeorar mucho, porque existe claramente, por el efecto llamada, un riesgo claro de avalancha que sea imposible de parar

La sociedad en general, ONGs, gobiernos y empresas perciben el fenómeno de forma diferente, y toman posiciones diferentes respecto a su participación y ayuda a corto plazo, de modo que solo consiguen paliar en parte el sufrimiento de los inmigrantes, pero que en modo alguno resuelve el problema.